miércoles, 27 de noviembre de 2013

Una ruta para turismo religioso
08/09/13 | 08:03 | Por: redaccion@expres.com.mx
San Luis contaba con una ermita dedicada a la advocación mariana desde 1656. San Luis Potosí, nuestra ciudad capi­tal, cuenta con diversas rutas turís­ticas, por ejemplo la que nos mues­tra el Centro Histórico o la que cubre nuestros famosos barrios, pero exis­te un recorrido que se debe recupe­rar y, sin duda, sería una traza que dentro del concepto religioso sería sumamente apreciado.


Una ruta para turismo religioso

San Luis Potosí, nuestra ciudad capi­tal, cuenta con diversas rutas turís­ticas, por ejemplo la que nos mues­tra el Centro Histórico o la que cubre nuestros famosos barrios, pero exis­te un recorrido que se debe recupe­rar y, sin duda, sería una traza que dentro del concepto religioso sería sumamente apreciado.

De arraigada vocación guadalu­pana, San Luis contaba con una er­mita dedicada a la advocación ma­riana desde 1656 y conserva la traza procesional de aquellos pobladores que durante el virreinato bajaban a la Virgen de Guadalupe del Santuario, hoy Basílica Menor, y la llevaban a recorrer los altares de la ciudad.

Recorrían, a través de la Calzada de Guadalupe, un primer tramo que pasaba por la Caja del Agua y al llegar al Jardín Colón se encontra­ban con el “Convento de la Merced Redención de Cautivos” o Ermita de San Lorenzo, construido en 1680 y demolido en 1862. Fue hasta octubre de 1892 que se construyó el nue­vo espacio que se llamó Plaza Colón, para conmemorar los cuatro siglos del descubrimiento de América.

El andar de la Virgen continua­ba al templo de San Miguelito, cu­yo origen se remonta al año de 1597, cuando se fundó la Villa de San Miguel, San Francisquito y la Santísima Trinidad. El templo se co­menzó a construir en 1733.

Al seguir la procesión se llegaba al templo de San Sebastián, en el ba­rrio del mismo nombre fundado ha­cia 1603 con algunas familias oto­míes. Fue un centro doctrinal de los agustinos hasta 1738.

El recorrido seguía hacia la igle­sia de San Agustín. Templo y con­vento fue levantado por el cronista fray Diego Basalenque.

Y, más adelante, se llegaba al Santuario de San José, cuya cons­trucción fue iniciada por Sor Rosa Cerda de la congregación de las Hermanas de la Caridad, cuya pri­mera piedra fue colocada en mar­zo de 1874. Y así caminaba hasta el templo y barrio de San Cristóbal del Montecillo, obra que se conclu­yó en 1747.

Se continúa hacia El Carmen, monumental templo churrigueres­co que se debe a Nicolás Fernando de Torres.

Así la Virgen luego era transpor­tada a la Capilla de Nuestra Señora de la Salud y del Espíritu Santo, ocu­pada en algún tiempo por los pa­dres Dominicos. Después pasaba a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y de San Juan de Dios.

La ruta seguía hacia Catedral, que en sus orígenes fue una ermita de adobe y techo de tejamanil, muy lejano al que hoy conocemos y cu­ya belleza admiramos propios y ex­traños, sobre todo a raíz de su re­modelación.

El andar de la Virgen continua­ba a la Parroquia del Sagrario o la iglesia de la Compañía de Jesús, que data de 1675; después a la Capilla de Loreto, cuyo origen es de 1700. Luego la hospedaban en el templo de San Francisco.

Pasaba la imagen de la venerada al templo de la Tercera Orden y al del Sagrado Corazón, construcción ter­minada en el año de 1731.

El recorrido culminaba en el ba­rrio de San Juan de Guadalupe, en su casa.

La ruta, hipotética, claro, pero la más lógica para una traza que podría ser un excelente recorrido turístico, sobre todo ahora que se recuperan las ciudades denominadas Tesoros Coloniales, entre las cuales se en­cuentra San Luis.

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